La muerte de Feliú me dispara varias neuronas, al menos dos. La primera, cuando el FMLN recién ganaba la Presidencia con el inmombrable, ahora más chocho que yo, según él, Mauricio Funes, abrió una casa cultural cerca de la Fuente Luminosa y trajeron a Feliú y además algunos músicos venezolanos parientes de Alí Primera. Sí! En vivo! sin luces ni trajes ni ninguna parfernalia pues fue a las 4 pm, cabal cual Teatro de Stanislavsky, como que los tengo presentes en este momento.
La segunda neurona se tardó más en coordinar los recuerdos. De cuando visité La Habana. Para nosotros las castas musicales están bien marcadas: clasica, popular y folklorica (esto no aplica en mi caso pues respeto a varios músicos incluso de la mítica "ollada" o "Ullada"). Para los cubanos, da lo mismo chana que juana, sin que esto represente una falta de respeto para el que sabe, y para ellos, tanto sabe el campesino con sus décimas improvisadas que el más pintado académico con estudios en la Europa del Este.
De ese momento recuerdo que un compositor cubano con el que conversabamos (tremendo compositor), creo, en el porche de una de las casa-salas de concierto donde se estrenaban nuestra músicas de repente me cuenta, es decir, fuera de cualquier contexto, que Harold Gramatges fue maestro, si no de toda la Nueva Trova, al menos de parte importante de ellla. En ese momento no me sorprendió pues yo ya venía de mi beca Fulbright en el Conservatorio de Boston donde un compañero boricua (gran compositor y flautista) se había encargado de ponerme al tanto sobre Ojalá en las voces de unos argentinos que no parabamos de secundar en los pasillos vetustos de nuestra alma mater cercana al Fenway Park, casa de los Boston Soxs, de los cuales yo era fan desde mi lecho de adolescente-convalesciente en Cerrada de la Paz, Tacubaya, casi casi donde ahora está la Taquería El Borrego Viudo, Mexico, DF., muchísimos años antes.
Hoy entiendo del por qué de esa información, cual time in a bottle de Jim Croce ahora entiendo el mensaje. No encuentro por ningún lado dicha información, en internet, no creo que me haya dado paja. De lo que he encontrado sobre Silvio deduzco que la fuerte personalidad de Haydée Santamaría logró mantener el secreto.
Igual, las clases del Maestro dieron sus frutos, sus discípulos eran notables, bebieron de otras fuentes, TheBeatles, Dylan, Yes, etc., no importa. Lo importante es la palanca que apalacó ese portento llamado la Nueva Trova. Sigue siendo leyenda.
Larga vida a Feliú y su música.Corolario: También a la música de todos los músicos cubanos.
Pero por què a mi se me revelò el secreto de Playa Giròn? Serà por mi hija? Descendiente directa de los indendentìstas de Pinar del Rìo? Sabra Dios.
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